Esta ruta por Engordany, un lugar a menudo enmascarado por el topónimo de la parroquia, permite descubrir sus raíces, directamente relacionadas con la vida agrícola: cultivos y ganadería. El recorrido, de fácil acceso y que no presenta ninguna dificultad, es un paseo por la memoria de la Andorra de principios del siglo XX.

Con salida desde la plaza de Santa Anna, la ruta enfila el camino de la Peletera hasta la ubicación de la desaparecida iglesia de Sant Jaume. Se puede ver el puente de Engordany, que comunicaba Engordany con Escaldes. Una serie de paneles repartidos por el itinerario te informan de la presencia de casas como Cal Rafel, Cal Ricart o Cal Vicari. Muestras de la arquitectura tradicional y de sus usos, directamente vinculados a la agricultura y la ganadería.

La ruta de Engordany nos cuenta otra historia de Andorra, la del día a día a principios del siglo XX. En el laberinto de casas y calles que dan forma a su identidad, el visitante puede captar la importancia del agua en la parroquia o el sentimiento arraigado de comunidad que existe entre los vecinos. Elementos imprescindibles para hacer frente a las exigentes tareas de la tierra y el ganado en un entorno rural duro, como era el de aquella época.