Sumérgete en la pureza del entorno

Naturaleza es sinónimo de Andorra. En cualquier época del año, nuestro país invita a excursionistas y amantes de la naturaleza a descubrir la biodiversidad y la belleza de los Pirineos, ya sea a pie, en bicicleta, a caballo o de muchas otras formas.

Pese a la reducida superficie, la proporción de espacios verdes es excepcional: el 90 % del territorio andorrano es espacio natural. Entre estos parajes destacan tres grandes joyas: el Parque Natural del Valle de Sorteny, el de los Valles del Comapedrosa y el Valle del Madriu-Perafita-Claror, este último reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en la categoría de paisaje cultural. En los tres, la relación entre el ser humano y el medio natural se mantiene en un equilibrio sostenible y armonioso.

Tanto dentro de estos parques como en el resto del país, encontrarás infinidad de rincones que invitan a conectar con la naturaleza: lagos de alta montaña de aguas cristalinas, bosques frondosos, valles profundos y cumbres majestuosas que alcanzan casi los 3.000 metros, como el Comapedrosa, el Casamanya o el Montmalús. Cada estación ofrece una nueva forma de disfrutarla: el verde intenso de la primavera, las luces del verano, los colores cálidos del otoño o la blancura del invierno.

En Andorra, la naturaleza está viva y es accesible para todos. Puedes recorrerla a pie, en bicicleta o a caballo, o bien descubrirla de forma más relajada con propuestas como el Bus Turístico o las rutas guiadas disponibles durante todo el año. Sea cual sea tu ritmo, encontrarás una experiencia que te unirá con la esencia de los Pirineos.

Disfruta del abrazo de la naturaleza en Andorra, los 365 días del año.